Monstruos, S.A.

Hace poco volví a ver la película “Monstruos S.A.”, una más que recomendable película de Pixar, apta para todos los públicos, que ya ha cumplido diez años. Recalco de lo de apta porque es tan recomendable para niños como para mayores. A parte de otras muchas metáforas, como la dicotomía entre el bien y el mal, la amistad… sobre las que podemos extraer moralejas muy enriquecedoras, la película trata de una empresa que produce energía a partir de los gritos de pánico que dan los niños cuando los empleados, los monstruos, los asustan. Tras una serie de avatares, al final, la fábrica se reconvierte, sustituyen los gritos por las risas. El resultado que obtienen es que  la producción de energía se multiplica enormemente…Pero no solo porque las risas   son más poderosas que los gritos de pánico, el mayor incremento de la productividad se debe a la alegría que tienen los empleados que se han reconvertido de Monstruos a Facilitadores de Felicidad.

En estos tiempos en los que se habla tanto de la necesidad de mejorar la productividad de las empresas, es necesario que nos planteemos cuáles son los fundamentos que es necesario cambiar para que la productividad mejore y, como consecuencia, nuestras empresas se hagan mucho más competitivas y se puedan dedicar recursos a la innovación y a la mejora.

En ciencias sociales se denomina variable dependiente a aquella cuya situación varía cuando se modifican otras variables. Estas variables que influyen en los valores que toma la variable dependiente son las variables independientes o explicativas, ya que permiten conocer por qué varía la variable dependiente de la forma en que lo hace.

Por ejemplo, si queremos mejorar cualquier indicador de productividad, esta será la variable dependiente,  necesariamente tendremos que buscar cuáles son las variables explicativas cuya modificación hará que se modifiquen los resultados de productividad.

En un sistema simple una sola variable explicativa tendrá mucha significación sobre la variable dependiente con la que esté asociada. Las empresas son sistemas muy complejos por lo que para mejorar la productividad, tal como hicieron nuestros amigos de Monstruos, S.A. no podremos encontrar una sola variable explicativa, habrá muchas. Ahora bien, sí que podemos tratar de encontrar qué variable la explica mejor.

En las Escuelas de Ingeniería o en las Facultades de Economía se estudia que la productividad es siempre función de los recursos utilizados para obtener los productos o los servicios que produce una empresa. Los recursos pueden ser: cantidad de trabajo, capital humano, equipos, materiales, energía, etc. La utilización de todos estos elementos determinan que la productividad sea mayor o menor, por lo que el cómo se utilizan y administran se puede considerar variables explicativas. ¿Cual es más explicativa? En cada empresa lo será más una u otra según su situación particular y la de su entorno.

Lo que no he visto en ninguna fórmula es que se considere como variable explicativa la que yo considero que determina siempre el mejor índice de productividad: la Motivación que posee el equipo humano que conforma la empresa.

De poco sirve poner en marcha todo tipo de planes de mejora si quienes tiene que llevarlos a cabo no están dispuesto a desarrollarlos. Podemos tener muy buenos equipos pero si quien los utiliza no los cuida… Podemos tener colaboradores con elevada cualificación pero si ese valor, ese capital humano,  no se pone al servicio de los objetivos de las empresas….Podemos realizar una gestión de compras eficaz pero si quien utiliza los materiales no tiene miramientos…. Podemos tener muy buenos productos pero si el trato al cliente es poco considerado…

Podríamos seguir así hasta cansarnos, lo que es claro es que todas estas situaciones producen disminuciones elevadísimas de productividad con respecto a la productividad que sería posible si se hiciera posible un cambio en la variable que explica estas disminuciones.

Tengo multitud de evidencias de que muchos directivos tienen grabada en su mente la fórmula académica de la Productividad, por eso insisten siempre en buscar explicaciones en los elementos que aparecen en esa fórmula. Y no digo que eso no de resultados.  Lo que ocurre es que cuando no se dispone de recursos para modificar esas variables explicativas, no se ve ninguna forma de mejorar la productividad.

Pero las diferencias están ahí. Empresas que utilizan menos recursos consiguen más productividad. Equipos que sin necesidad de trabajar siempre como si estuvieran corriendo un Maratón, consiguen mejores resultados. Empresas que sin tener los mejores procesos definidos, son muy eficientes. Equipos comerciales que no teniendo los precios más bajos, atraen y fidelizan a sus clientes. En definitiva, empresas que tienen en cuenta y favorecen la motivación de sus trabajadores consiguen mejores índices de productividad. Puesto que la motivación es una actitud y las actitudes son estados internos de las personas y aunque a más de uno le gustaría poder administrar la motivación y darla como una pastilla para el resfriado, cada persona administra y dirige su motivación, sólo se puede favorecer, orientar.

En la película Monstruos S.A. descubrieron que sus empleados eran más felices, sentían mucha más motivación por hacer reír que por dar sustos de muerte a los niños en la oscuridad de sus habitaciones, y que las risas de los niños producían más energía que el miedo. Quizás en muchas empresas los empleados se sientan más felices si se eliminan estilos de liderazgo que manejan la amenaza y el miedo como únicos elementos motivadores y se sustituyen por otro estilo que oriente y favorezca la consecución de metas valiosas, tanto para la propia empresa como para sus empleados.

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