Con el modelo SaaS, los clientes se benefician de un recorte en los costes totales derivados de la propiedad y minimizan los riesgos y la complejidad tecnológica. De esta forma obtienen una funcionalidad mayor acompañada de un rápido retorno de la inversión y una disminución en los tiempos de implantación.
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Ahora puede contar con un sistema flexible, sin la necesidad de realizar inversiones en servidores y demás hardwares y su mantenimiento. Es el momento de cambiar esa inversión en tecnología por la flexibilidad que proporciona el software como un servicio (SaaS).
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