El Paradigma Deportivo

Todos los deportistas tienen que tener, en general, buenas condiciones físicas. También es cierto que cada disciplina deportiva requiere mayor exigencia de unas que de otras. Y todos los deportistas, sin excepción, para estar en las posiciones de privilegio, en la élite, tienen que coincidir en tener determinadas actitudes. Una actitud que claramente les caracteriza es aquella que les predispone a mejorar permanentemente. Sin una actitud de mejora y perfeccionamiento constante no hay avance.

Por tanto, practican y entrenan con el máximo nivel de exigencia buscando siempre perfeccionar lo que de por sí es ya casi perfecto. Tienen planes específicos para antes y para después de la competición y su entrenamiento abarca todos los aspectos de su deporte. Siempre tienen que hacerlo bien. ¡Además, tienen que hacerlo bien siempre bajo niveles de presión muy elevados! La alta competición exige, en todo momento, superar records y vencer a adversarios que están esforzándose y entrenando al máximo nivel para ser los mejores.

Hemos hablado de deportistas de élite, pero no es necesario ceñirnos exclusivamente a esos niveles. En una película, basada en hechos reales, sobre el mundo del baloncesto, “Hoosiers”, Gene Hackman encarna a un entrenador de baloncesto, Norman Dale, que llega a una pequeña localidad del Estado de Indiana a entrenar al equipo del instituto superior. En esa pequeña localidad se vive por y para su equipo aunque nunca han ganado nada. Pues bien, uno de los obstáculos más difíciles que tiene que superar este entrenador es romper los viejos hábitos de entrenamiento que tenía su equipo: privilegiar la comodidad frente al sacrificio. Mientras que hasta entonces los entrenamientos que hacía el equipo, se habían basado en tirar a canasta y realizar partidillos entre ellos; con el nuevo entrenador la cosa cambia radicalmente. Establece un plan de trabajo para que su equipo practique los fundamentos de este deporte, como mantener una buena forma física, el manejo de la pelota, entrenar posiciones defensivas y de ataque, y por supuesto, desarrollar la autodisciplina y el trabajo en equipo. El mensaje que transmite a sus muchachos es muy claro: “mis entrenamientos no son para divertirse”. Los resultados, aunque no llegaron de inmediato, fueron espectaculares.

En definitiva, mantener buenas condiciones físicas, actitudes orientadas a la mejora y disciplina son elementos esenciales para alcanzar la excelencia en el deporte. Este paradigma deportivo, es decir, el ejemplo que constituye el mundo del deporte hacia otros campos es muy interesante. Trasladémoslo al Liderazgo que en este siglo XXI se exige de todos los integrantes de una empresa.

Es importante señalar, primero, que aunque pueda parecer extraño nos referimos a todos los miembros de la empresa, pues, de hecho, la empresa que quiera competir al máximo nivel, es una empresa en la que cada uno de sus integrantes tiene que ser un auténtico Líder. El cambio constante al que se ven sometidas las empresas ha hecho que la necesidad de auténticos Líderes haya crecido vertiginosamente. Para que las empresas cambien y se adecuen a las necesidades del siglo XXI es necesario que todos sus Líderes desarrollen todo su potencial.

Sólo cuando el equipo humano de una empresa es capaz de liderarse a sí mismo, la empresa tiene opciones de situarse en una posición competitiva.

Por ello, es necesario que  las organizaciones fomenten e impulsen cada una de las áreas que todo Líder debe desarrollar y mejorar permanentemente para conseguir su propio progreso y el de su organización.

Al igual que hizo Norman, nuestro entrenador de baloncesto en Indiana, es importante identificar cuáles son los fundamentos del Liderazgo que es necesario mejorar y entrenar. Nuestro concepto de Líder  COACH identifica cuatro áreas que es necesario potenciar y desarrollar en todos los integrantes de la organización, aunque pueda ser con distintos niveles de intensidad según las posiciones de cada cual, buscando siempre el crecimiento equilibrado sobre todas ellas. Estas áreas son:

1.  El Liderazgo Estratégico. Es la habilidad para liderar una organización. Un Líder Estratégico está dispuesto para definir, desarrollar y comunicar el propósito y la visión de la organización, los factores críticos de éxito, la estructura optima, el mejor equipo en los puestos adecuados y los procesos más efectivos para una empresa de éxito.

2.  El Liderazgo Productivo. La Productividad Personal es la habilidad que el Líder  posee que le permite ser eficiente, es la capacidad de dirigirse a sí mismo, dirigir su propio tiempo y manejar las prioridades para actuar con la máxima eficiencia. El objetivo es poner en acción la estrategia.

3.  El Liderazgo  Motivacional. Es la habilidad para liderar y motivar a otros. Un Líder  Motivador entiende que las personas son lo más valioso para conseguir el progreso. Un Líder  Motivador está siempre dispuesto para ayudar a su equipo y contribuye a desarrollar todo su potencial.

4.  El Liderazgo Personal. Es la habilidad para liderarse a uno mismo con respecto a su propia vida. Mucha gente no dirige su propia vida y sufre las consecuencias. El Líder  tiene que definir su vida para que sea equilibrada, después planifica y actúa para hacer que su vida discurra por el camino marcado. El Liderazgo Personal también significa convertirse en una Persona integral, creciendo y desarrollándose en todas las áreas de la vida.

Establecer un método de entrenamiento para trabajar estos fundamentos, enfocando las actitudes que favorezcan la mejora permanente sobre ellos que se traduzcan en la puesta en marcha de nuevos hábitos de pensamiento y de acción, es la tarea del Coaching.

 

2 comments

  1. Jose Mainez dice:

    Hola Vicente,

    te agradezco el envío del boletín, y que me encuentre todavía en tu lista de distribución. Vaya por delante que el nuevo diseño me ha resultado atractivo y ergonómico.

    Sobre este espacio en blanco, algunas impresiones en el símil deportivo. Últimamente he explorado qué diferencias puede haber en la práctica deportiva cuando dentro del equipo:

    – Existen diferentes funciones y posiciones (típicamente, fútbol)
    – La totalidad del equipo se traslada espacial y temporalmente (balonmano, basket…)
    – La competición es secuencial en lo temporal y espacial (relevos en atletismo o natación), coordinación en el relevo
    – El propio atleta desarrolla diferentes disciplinas (triatlón…). Distintas transiciones entre grupos musculares, sin embargo, menor incidencia de la estrategia de carrera en el resultado
    – La influencia de un terreno de juego «virtual» no delimitado físicamente en el espacio (Vuelo acrobático)

    ¿Cómo gestionarse en ese terreno más etéreo?

    ¿Quizás nos han cambiado algunas reglas y parte del terreno de juego?

    En la actualidad, uno de los retos mayores se me plantea en el grado de innovación que debe introducir el líder para afrontar situaciones que hasta la fecha podía afrontar con un riguroso entrenamiento tradicional.

    ¿Cómo discrimar la innovación profesional del hacer por «no saber qué hacer»?

    Tan sólo resultado de la lectura…
    Nos vemos
    Jose

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